La seguridad en las redes sociales es un factor importante, lo ideal siempre será tener la mayor cantidad de parámetros de seguridad activos, para así reducir la probabilidad de que nuestra cuenta de Instagram sea robada o hackeada.
Lo principal es definir una contraseña que no esté considerada como “débil” o “insegura”, un consejo extra es no utilizar siempre la misma contraseña, para que en caso de una filtración de datos no se vean afectados todos nuestros perfiles de redes sociales.
Si ya tenemos una contraseña segura, lo que debemos hacer es asegurarnos de tener un correo electrónico y un número de teléfono confirmado en nuestra cuenta de Instagram. Esto se puede comprobar ingresando a la aplicación, luego dirigiéndose al apartado configuración, luego cuenta y finalmente Información Personal; allí estarán los datos de nuestra cuenta, y se pueden cambiar los datos si es que alguno es incorrecto o ya no se utiliza.
Luego de realizar la comprobación de contraseña y los datos de recuperación podemos darle seguridad extra a nuestra cuenta de Instagram activando la “Autenticación en dos pasos”, con esto podemos lograr que si se filtra nuestra contraseña el atacante no pueda ingresas, ya que necesitará el código de respaldo, un SMS o en su defecto tener acceso a tu WhatsApp.
Es importante usar la aplicación oficial de Instagram, es algo que debemos cuidar en todo momento; puesto que si hacemos uso de una aplicación no oficial podemos exponer nuestra cuenta y nuestros datos a terceros.
Consejos extra
El Phishing es una de las técnicas más empleadas para acceder a nuestras cuentas, ten en cuenta que Instagram nunca se pondrá en contacto contigo en los mensajes de tu cuenta; siempre se comunicarán mediante tu correo electrónico. (Evita colocar tu correo al público o utilizar un correo que sea conocido por alguien más) para así descartar un posible hackeo a tu email.
Los mensajes a tu cuenta pueden tener links fraudulentos que nos lleven a páginas maliciosas o que nos inviten a descargar archivos que contienen malware. Tenemos que estar sumamente atentos y evitar acceder a enlaces no reconocidos o con nombres extraños.
Un ejemplo de amenaza que nos podemos encontrar a través de un simple mensaje directo son los ataques Phishing. Nos envían un link que nos lleva a una página para iniciar sesión en alguna red social, correo electrónico o cualquier plataforma. Sin embargo, esa contraseña la estamos mandando directamente a un servidor controlado por los atacantes.