El candidato del partido gobernante, Lai Ching-te, ganó las elecciones presidenciales de Taiwán. China lo considera «un peligro».
El resultado de las elecciones presidenciales y parlamentarias en Taiwán marcará la trayectoria de las relaciones con China en los próximos cuatro años. Está en juego la paz y la estabilidad de la franja de unos 160 kilómetros entre la China continental y la isla autogobernada, que Pekín reclama como propia.
El presidente electo aseguró este sábado que, entre “democracia y autoritarismo ”, los taiwaneses se mantuvieron “del lado de la democracia ”, después de obtener un 40 % de los votos en las elecciones presidenciales de la isla.
“Le estamos diciendo a la comunidad internacional que, entre democracia y autoritarismo, nos quedamos del lado de la democracia. La República de China – Taiwán continuará caminando al lado de las democracias del mundo”, aseguró Lai en una conferencia de prensa, en la que estuvo acompañado de la vicepresidenta electa, Hsiao Bi-khim.
Durante su intervención inicial, el líder del gobernante Partido Democrático Progresista (PDP) subrayó su intención de “mantener la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán”, y se comprometió a actuar conforme al “orden democrático y constitucional” de la isla para mantener el “status quo” actual con China, sobre los principios de “dignidad” y “paridad”.
“Estamos determinados a salvaguardar Taiwán de las continuas amenazas e intimidaciones de China”, manifestó Lai, quien agregó que su gobierno buscará retomar el “diálogo” y la “cooperación” con Beijing, algo que resultará “beneficioso” para las poblaciones de ambos lados del estrecho.